Con la llegada de los días fríos se inicia la temporada de mucho de los cítricos preferidos por los españoles.  Una forma saludable y deliciosa de incorporar vitamina C en nuestra dieta diaria con frutas como las naranjas o las mandarinas durante el invierno.

Puedes tomar cítricos para desayunar, almorzar o merendar. Sacian el apetito y no engordan, por lo que resulta una opción muy saludable. Piensa que solamente una naranja mediana te proporciona más del 100% de tus necesidades diarias de vitamina C.

Pero la cosa no queda ahí. La ciencia ha ido descubriendo con el paso de los años, otras propiedades de los productos cítricos además del ya sabido alto contenido en vitamina C. Estas son algunos de los beneficios de consumir cítricos a diario:

  • Aportan vitaminas y minerales que fortalecen los tejidos y equilibran la tensión.
  • Estimulan el sistema inmunitario y suben las defensas naturales del organismo.
  • Protegen el sistema digestivo.
  • Ayudan a eliminar toxinas y a depurar el organismo.

Por lo saludable de los alimentos cítricos, su consumo ayuda a reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad, como enfermedades del corazón, enfermedades del hígado y diabetes.

Los beneficios de los cítricos durante el invierno

Los meses de invierno son el pico de la temporada de resfriados y gripe, que también es cuando una gran variedad de frutas cítricas se encuentra en temporada alta.

Aunque no haya evidencia de que la vitamina C en las frutas realmente prevenga el resfriado común, comer naranjas, mandarinas y otras frutas cítricas aún puede ofrecer beneficios.

Por ejemplo, puede tener un efecto al acortar la duración o disminuir la severidad de un resfriado si se consume antes de la aparición de la enfermedad.

Las frutas que son especialmente abundantes en otoño y que puedes encontrar en nuestros supermercados Dialprix son:

  • Naranjas
  • Mandarinas
  • Pomelo

Además, de otras opciones populares de frutas cítricas que puedes encontrar muy frescas, prácticamente todo el año en Dialprix:

  • Limones
  • Limas: Esta fruta ácida puede animar a casi cualquier plato y, a menudo, es parte integral de un cóctel perfecto.

Comer una mezcla de frutas cítricas puede ayudar a agregar variedad a una dieta, para que no sea aburrido el hecho de comer las mismas frutas todo el tiempo.

Consejos para tomar cítricos

Piensa en todo lo que puedes hacer con las frutas arriba mencionadas. Además de comerlas frescas, puedes hacer con ellas zumos, tartas, mermeladas, e incluso fruta deshidratada o desecada.  Recuerda que de la naranja aprovechas hasta la piel.

Pomelo: Puedes servirlo con yogurt, agregarlo a una ensalada variada con cítricos o con una base verde, convertirlo en mermelada o incluso, usarlo para macerar las chuletas a la brasa.

Mandarinas: perfectas para postres sobre todo para los más peques de cada, mermeladas y todo tipo de ensaladas.

Naranjas: Perfectas para zumos, macedonias, repostería, cocina y si te atreves a prepararlas desecadas al horno, podrás usarlas en cócteles, adornos repostería y hasta en decoraciones de casa en invierno y navidades.

Limón: acompañando el zumo de otros cítricos, para aderezar comidas y cremas y al igual que la naranja puedes desecarlo y usarlo como ambientador.  El limón, además, lo solemos usar mucho en el hogar para quitar malos olores de la nevera y para limpiar por sus características bactericidas.

Consejos para sacar el máximo zumo a los cítricos:

  • Presiona la fruta sobre una superficie dura antes de hacer el zumo.
    • Caliéntalo en el microondas, tan solo unos pocos segundos y conseguirás aumentar bastante la cantidad de zumo de cada pieza.
    • Usa un tenedor o un cuchillo y gíralo alrededor de las puntas.

¿Cómo hacer cáscara de naranja o limón seca en casa?

Evita que la cáscara termine en la basura aprovéchala porque tiene mucho sabor y aroma. Para ello, puedes congelar su ralladura o bien, la cáscara o aprovecharla secándola, siguiendo estos sencillos pasos conseguir desecarla:

  1. Reúne los ingredientes.
  2. Recorta solo la parte de color de la piel, sin llegar a la zona blanca. Usa un cuchillo para raspar cualquier médula adherida a las cáscaras.
  3. Método sin cocción: coloca las tiras en un plato (con el interior de las cáscaras hacia arriba) y déjalas secar en un lugar cálido, aireado y soleado a temperatura ambiente durante tres o cuatro días, hasta que hayan perdido su humedad y quedado crujientes. 
  4. Método más rápido: si tienes poco tiempo, también puedes secarlos en un horno a alta temperatura. Déjalos secar en el horno durante unos 25 a 30 minutos. Si la cáscara comienza a dorarse, apague el horno por unos minutos y gire la sartén. Las cáscaras se enrollarán y se pondrán rígidas cuando estén secas. 
  5. Guarde las cáscaras secas y enfriadas en un lugar fresco, en un recipiente limpio y hermético. Se mantendrán hasta por un mes.
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