En verano apetece más que nunca una buena pieza de fruta para alimentarse de manera saludable y refrescarse ante las bajas temperaturas. ¡Pero cuidado! Que el hambre y el calor no te hagan caer en la precipitación. Antes de disfrutar de estos manjares es fundamental prepararlos de manera cuidadosa para evitar cualquier posible problema digestivo. Es decir, lavar y cortar correctamente la fruta para luego disfrutar de ella como te mereces.

En este punto algunos saltarán con la clásica duda: ¿también tengo que lavar la fruta que tenga piel/corteza? La recomendación general de los expertos es lavar siempre con agua los productos vegetales, aunque luego los vayas a pelar, cocinar o comerlas en crudo. ¿Por qué? Porque así eliminaremos cualquier resto de sociedad, bacterias y sustancias no deseadas. Como ya se sabe, más vale prevenir que curar y debemos cuidar al máximo todo lo que introducimos en el interior de nuestro cuerpo.

Claves para lavar la fruta

Antes de ponerte a comer debes tener bien claro una serie de pautas o recomendaciones para lavar correctamente la fruta y así evitar tanto la ya mencionada posibilidad de una intoxicación como, por otra parte, pasarte de frenada y restar sabor a las piezas. Como ocurre con todo en la vida debemos alejarnos de los extremos.

  • Antes de manipular cualquier alimento, en este caso la fruta, limpia bien tus manos
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  • Usa agua corriente del grifo y nunca emplees jabón o detergente. Los productos que supuestamente desinfectan fruta y verdura están desaconsejados por diversos organismos alimentarios
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  • Utiliza utensilios limpios y a ser posible destinados para la preparación de frutas y vegetales. Es decir, trata de evitar los cuchillos con los que habitualmente cortas carne o pescado
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  • Después de lavar las piezas, sécalas con papel de cocina. Si utilizas un paño de cocina debes asegurarte que este está absolutamente limpio
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  • Es aconsejable lavar (y pelar) las piezas justo antes de su consumo. Si vienen muy sucias y no las vas a comer en ese momento basta con retirar la suciedad artificial.

¿Hay que lavar el melón y la sandía?

Cada fruta merece un apartado especial a la hora de su lavado, pero si existen dos productos del campo que podríamos considerar como el rey y la reina del verano estos son el melón y la sandía. Más aún en la zona en la que estamos, ya que las consideramos como dos frutas «muy de aquí».

En tu Dialprix de confianza podrás adquirir el mejor melón y la mejor sandía para refrescarse en familia hasta el mes de octubre. Además, te la ofrecemos en diversas modalidades, desde la pieza entera o partida en porciones para guardar en la nevera y consumir en las siguientes 48 horas.

Tanto el melón como la sandía, al crecer en la tierra, pueden llegar a casa con restos de tierra y polvo, por lo que es muy aconsejable lavarlos, aunque en muchas ocasiones creamos que su corteza nos va a proteger del contenido de su interior, que al final es lo que nos comemos.

¿Cómo cortar la sandía y el melón?

Además de un minucioso lavada también es recomendable utilizar dos cuchillos diferentes a la hora de partir la sandía y el melón: uno para cortar los trozos y otro para trocear la pulpa, ya que el primero entraría en contacto con la corteza y el segundo no, sólo entraría en contacto con lo que nos vamos a comer.

En la piel de estos productos del campo se acumulan las bacterias propias del suelo agrícola y aunque la hayas lavado muy bien antes de trocearla siempre es mejor ser previsores. Por este motivo, es mejor emplear un cuchillo para hacer las tajadas y otro para extraer la parte carnosa, apetitosa y comestible de la fruta.

Cada maestrillo tiene su librillo y hay casi tantos modos de cortar la sandía y el melón como consumidores. También existen cuchillos especiales para cortar y extraer los trozos de estas frutas, de gran longitud y que posee una hoja de sierra que te permitirá cortar con facilidad la cubierta sin comprometer el contenido del interior. Pese a ello, desde Dialprix os ofrecemos una serie de tips que, bajo nuestro punto de vista, son ideales para cortar sandía y melón.

  • Tras lavar y secar la pieza, córtala por la mitad de manera transversal, quedándote con dos mitades
  • Corta el extremo del tallo y colócala, con este lado cortado, hacia abajo en una tabla
  • Mantén el cuchillo en ángulo y corta hacia la tabla para retirar toda la corteza
  • Trocea los trozos que te quedan de la manera más apetitosa que se te ocurra. Una opción es hacerlo en palitos. Otra, más coqueta, es hacerlo en cubos
  • Si el melón o sandía está a temperatura natural, enfríalos en la nevera… o mételos en el congelador y tendrás unos sabrosos polos para el verano

¿Qué opinas de nuestras recomendaciones? ¿Lavas habitualmente los melones y las sandías? Seguro que hay frutas con las que intuitivamente realizas estas acciones, pero no con otras. Si es así, ¿crees que deberías hacerlo a partir de ahora? Disfruta del rey y de la reina del verano, refréscate y saborea nuestras sandías y melones en Dialprix.

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