Hoy os queremos hablar del vino desde un punto de vista diferente. No vamos a hablar sobre las características de este producto de gran tradición en nuestra gastronomía, ni de cómo detectar el mejor vino en una cata, o de qué características debe tener para ser una buena elección.

Vamos a dar por hecho que el lector tiene ya cierto conocimiento en la materia, pero necesita saber qué vino combina mejor en ciertos momentos del día, con algunos platos concretos o incluso en según qué situaciones.

No es lo mismo tomar vino en un aperitivo de negocios distendido que en la cena, como tampoco hacerlo en una quedada con amigos.

De la misma forma, debemos pensar en vinos diferentes si vamos a comer queso o, incluso, una hamburguesa.

Existe un vino indicado para cada situación y en este artículo vamos a explicarte cuál puedes escoger para añadir ese toque distinto e incluso divertido que necesitas.

Si eres de aquellas personas que nunca dice que no a una copita de vino, te interesa seguir leyendo para no fallar nunca. ¡Vamos allá!

Los mejores vinos para cada momento

Vino para el aperitivo

El aperitivo es una de las costumbres más arraigadas en nuestra cultura. Hablamos de esos tentempiés de antes de comer que, en ocasiones, resultan ser más abundantes que la propia comida, sobre todo si nos encontramos con amigos y en un ambiente agradable.

Estos aperitivos suelen estar marcados por productos como frutos secos, aceitunas, encurtidos o embutidos. Es decir, una amplia gama de sabores que conviene acompañar con un vino frío y, además, en cantidades pequeñas, ya sea blanco, tinto o espumoso.

Vino para la comida

De la misma forma que para el aperitivo no es tan importante el sabor o su intensidad como la temperatura, en la comida ocurre algo diferente. Dependiendo del plato que escojamos nos vendrá mejor un tipo de vino que otro. Por ejemplo, con pescado o marisco combina a la perfección el vino blanco, al igual que para arroces o pasta. Si hablamos de carne, cabe destacar que la mayoría de platos piden el acompañamiento de un vino tinto.

Vino para la cena

En la cena, el asunto se pone interesante, porque aquí entran en juego diversos factores. Si se trata de una cena habitual en casa, antes de ir a dormir, podemos aplicar la misma lógica que con la comida: pensar en los ingredientes para, en consecuencia, elegir el vino. Pero la cosa cambia si se trata de una cena por una cita o una velada especial. 

Normalmente, llevar el vino supone marcarnos un tanto, por lo que aquí debemos pensar más en averiguar las preferencias del otro comensal, o del resto de comensales si se trata de una cena con varias personas. El vino juega en estas situaciones un papel social por encima del culinario.

¿Qué vino tomar con queso o una hamburguesa?

Hay platos o momentos puntuales que requieren la presencia imprescindible del mismo. Por ejemplo, cuando tomamos un queso curado o cremoso, ya es prácticamente una tradición acompañar este homenaje al paladar con una copa de vino.

¿Cuál será el mejor en esta situación?

Si hablamos de quesos curados, maridan a la perfección los vinos tintos, mientras que con quesos frescos es mejor apostar por vinos blancos y aromáticos.

Si hablamos de carne, ¿es posible combinar el vino con una hamburguesa? Normalmente se asocia el maridaje del vino con platos de cierta elaboración y aperitivos concretos, pero, ¿por qué no tomar una copa con una hamburguesa?

En este caso, depende del tipo de carne: si la hamburguesa es de carne roja, apostamos por un vino rosado; si es de carne blanca como el pollo, aceptaremos con un vino blanco; y si es de ternera, un tinto joven potenciará la experiencia. 

¿Hay un vino para mujeres? ¿Y un vino para hombres?

La realidad es que el vino no tiene género. Es un producto que gusta tanto a mujeres como a hombres por su gran abanico de sabores, texturas e intensidades y que sirve para disfrutar en prácticamente cualquier momento.

Pero sí es cierto que existe una tendencia detectable cuando se trata de mujeres, ya que ellas suelen decidirse más por vinos blancos o vinos rosados, también con gusto por los dulces o espumosos. Si tenemos que hacer un regalo a una amiga o familiar femenina, es posible que tengamos más opciones de acertar con estas opciones.

Por otro lado, si hablamos de los hombres, predomina el gusto por el vino tinto. En cualquier caso, pese a que pueden existir ciertas preferencias, lo cierto es que no es una cuestión de género, sino de gustos.

Por ello, para realizar una apuesta segura en una ocasión concreta o regalando una botella, será también conveniente indagar sobre los gustos de esa persona para conocer qué vino va mejor con su personalidad, sus anhelos y su forma de ser.

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